Rebosas de cierto aroma que nos hace concluir bajo las
cenizas de la despedida. Sí, ya ha
amanecido y has de irte lejos. Muy lejos. Donde las ballenas te guíen por esa
senda de la beldad. Aquí estamos, acurrucados, a la saga de tus sueños. Sigue con ellos. Se materializaran cuando los
alisios de lumbre a tu rostro. Mientras anda, vete ya. Deja que el rumiar de
las mareas abrace tu cuerpo. Aquí nosotros
nos quedaremos esperando el abrigo de tu verticalidad. No te preocupes ni te
desesperes. Alzaremos cierta oración a este universo que nos acoge para tu
prosperidad. Si todo va bien no sabremos
nada de ti. Si no regresa. Aquí estamos. Con los brazos abiertos emitiremos la
sonrisa que te falta y alcanzaremos la dicha en tu retorno. No te olvides las
horas pasan, un tiempo que pasa embriagado de tu esencia. Enredada en tu adiós no escuchas. Ya sabes,
aquí estamos, vigías de ese horizonte que te aguarda.
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