Unas palabras.
Un viento que arde en
una sonrisa.
El guiño de un ave
Soñadora de los abrazos libres,
Del vientre a vientre
Cuando los labios se aúnan
En la intemperie de sus deseos.
Nos amamos,
Nos alongamos a los acantilados
Donde el hueco oleaje
Deja caer nuestros nombres.
Caminamos por puentes danzantes
Hasta el éxtasis de una caída del sol
Que nos abrigará bajo la sombra
De una añeja sabina retorcida, en horizontal.
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