Soles que lloran la despedida de un ser que embestida en la
sombra de palmeras evoca el rumiar de volcanes.
Decaída, lánguida, sumergida en la duda decide irse. Lejos, muy lejos
donde la guarida de las gaviotas parloteen su decisión. Cumbres desgarradas, sonámbulas, con la
bruma de una esencia que se duerme bajo
la lumbre de lágrimas. Adiós querida, te digo. Que tu descanso sea eviterno
florecer de verticales veleros en el resonar de una luna que viene a tu búsqueda.
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