Encadenada
A los sepulcros aislados
En la noche de claro de luna.
Serpentear por senderos
De tierra batida
Donde el resonar del oleaje
Impera en las almas abatidas por la nostalgia.
Vamos hacía al horizonte.
Vamos hacía las estrellas
Cuyo brío nos seduce
A ser brinco bajo la sonata de un adiós.
Se disecan nuestras manos.
Se arrastran nuestras huellas.
Se rajan nuestros sueños.
Aquí estamos
Anunciando el engendrar de nuevas naves
Que nos llevan en vertical lejos
Donde el vientre sopla nuevas inquietudes.
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