A la luz de la luna y cama desecha. Dos cuerpos semidesnudos
que se mueven en su sombra. Se dan la espalda.
Xx: Silenciosa, porque eres silencio. Como la espuma que
viene, que va a las profundidades de nuestra alma. Jugueteando con el ardor de
la mirada. Ronroneando palabras que nunca nacerán.
YY: Si, el silencio. Hace su papel en mi vida. Para que
hablar si con mis ojos yertos sobre los tuyos puedo decirte lo que siento.
XX: Segura. No te entiendo. Hoy no logro comprender lo que
tu mirada quiere decirme.
YY: No. Mejor es así. No logras adivinar que mis ojos ya no
te pertenecen. Que para ti solo hay vacío. Estoy harta de esta situación.
XX: ¿Qué situación? Si te hecho algo, te lo ruego,
perdóname.
YY: Sí. Tus desvaríos. Tus celos. Tu amor compulsivo me ha
hecho mucho daño. Tanto…Que rozo el desequilibrio, la inseguridad. Y tú no lo
ves. No. No lo ves. Solo me mirar y miras y en tu olisquear que hay dentro de
mi observo la desconfianza.
XX: Perdóname. Solo trataba de saber que me amabas ¡Amar¡
YY: Para ello me persigues a todas partes. No soy libre. Me
siento presa de tu aliento que en mi cuello resbala como cuchillas. A ver.
Mírame. Ya no siento nada por ti. No intentes descifrar el por qué, con el paso
de las lunas ya verás.
XX: Temía que te fueras con otro, con otra. No sé. Tu
silencio…A veces me hacía dudar.
YY: Dudar mi silencio. Eres un hipócrita. Ahora déjame tengo
que recoger mis cosas.
XX: No. No te vayas. Intentaré…
YY: Qué intentarás. Ya es demasiado tarde, los años pasan y
yo tengo que renacer de nuevo. Déjame.
Ella se va con su cabeza baja. El se queda derrotado,
murmurando para sí el por qué de su torpeza.
XX:
Se ha ido. Solo. El silencio. La noche. Desde la ventana la
observo alejarse a paso lento. No mira para atrás. Para qué. No me quiere. Qué
he hecho. La tormenta. Una tempestad cae sobre mí y no me arrepiento. Este amor…lleno
de contradicciones. No comprendo. Soy culpable. Esta inestabilidad que me
desgarra. Me siento caer. Como he podido ser tan posesivo pero no lo puedo
evitar. Su mirada. Mía ¡Mía¡ Ahora se ha ido, para siempre. Qué hacer. La duda
me invade maléficamente. Me he quedado sin nada, arrastrado en arenas movedizas
que me ahogan hasta el final. Ya no la veo. Ha desaparecido bajo el influjo de
la luna a no sé dónde. Ir a por ella…no. No. Tal vez retorna. Sí, vuelve amor
mío…
YY:
Sé que mira. Que está detrás de esa ventana examinando cada
movimiento. Pronto desapareceré de sus ojos obsesivos. Ya está bien. Me pierde en su confusión. Sus arrebatos no
son benevolentes. No más que son escenas de la posesión. No. No. Ahora soy
libre bajo el halo lunar. No daré marcha atrás. Hay tanto daño…Llantos y risas.
No. Deseo estabilidad. Me transformaré en plumas plateadas bajo la protección
de mi silencio, de mi mirada y nos más que volaré donde el rumiar de las olas
me designe. Sí, lo quería.
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