¡Qué arduo y qué angustiosos son los
días ¡, pensaba él . Se recogía en sus brazos y con su mirada hacia el infinito
ocaso trataba de diseñar su vida en otro lugar . Trataba ver más allá de esas
ligaduras que oprimían a su sociedad en el infierno y alcanzar las palabras del
universo con toda su fortaleza . Se llamaba Bul . Nombre nacido de sus
antepasados cuando eran parte de la naturaleza . Ahora , su nombre era el
resoplido de imágenes de muertos , de sangre , de penalidades . ¡Una tras otra
¡.¡Otra tras una ¡. No sabía como sobrevivir . No sabía como afrontar una
historia más donde la marabunta de la
desgracia y la masacre lo hacía
estremecerse en un dolor agudo más horroroso en cada aurora . Auroras teñidas
de un luto ilimitado , de un luto confuso , de un país sumergido en las aguas
negras de la miseria . Él ansiaba
cambiar todo eso . Pero, ¿cómo ¿ . Desde
dentro todo era desequilibrio, todo era ofuscación : pasadizos
involucrados a la oscuridad . El ser
humano se agota . Sus pensamientos no más que se nutren de muertos cuando
no más que ha visto guerras y hambre . Por ello , él huyo . Aunque en su mente sobrevolaba la
cobardía . “¿Acaso
soy cobarde?”,
se decía una y otra vez. Herido se despidió de su pueblo , dejaba esa tormenta
infinita tras de si . Tomo todos sus ahorros y comenzó un largo viaje . Un
viaje donde el contraste de paisaje era colosal . Lugares donde la sequía era
la soberana que marcaba el ritmo de las gentes ; lugares donde la exuberancia
de la vegetación invitaba a erigir a sus habitantes . Pero , ¿cómo? . Todo un
paraíso echado a perder. Los amaneceres iban pasando , él se sentía cada vez
más cansado . Parecía que nunca iba a
llegar . Llegar a ese puerto donde un barco le esperaba y a cambio de todo sus
recursos lo dejarían cabalgar por las
ondulaciones del océano . Habían muchos como él . Desesperados , soñando en lo
que el futuro les depararía en esas nuevas tierras . Y llego . Al principio se sintió un poco
desilusionado por la cantidad de gente que como él iban a embarcarse , por lo
frío que era el patrón del barco . Comprendió que aquello era un negocio , un
negocio donde se arriesgaban un sin fin de vidas . Que más daba ser anciano ,
niño , hombre o mujer . Todos eran tratado por igual . Subió a ese barco , no
pensó en lo frágil que era . Cuando vio donde lo introdujeron ,dentro de ese
cascarón de papel, sus ilusiones se vienen en picado . “Nos tratan como esclavos” , pensó
. Pero ya no había vuelta de página , tenía que continuar sin mirar atrás .
Todo pasará con celeridad , sólo unos días bajo el sudor , el olor , el hambre
y la sed . Sólo unos días que iban derruyendo las expectativas de cada uno de
los que se hallaban en ese agujero . Sólo unos días en que la entereza se iba
aboliendo . Sólo unos días en que los
sueños iban transformándose en un canto ceniciento . Sólo unos días en que los
obligaron abandonar el barco y cada número determinado de pasajeros los embarcaron en una barca que posaba en sus flancos . ¿Y ahora qué ¿.
Uno de ellos era el guía . Sólo faltaban unos cuantas millas . Unas millas que
nos más que fueron un infierno . Unas millas inscripción anónima de cada uno de
los que iban pereciendo . No lo soportaron . Sólo quedo Bul con sus ojos ya sin
ese líquido salino al ver tantas vidas caer por un precipicio en un mar
silencioso. Él sabía que su muerte sería en cuestión de horas. Sus deseos
envanecidos, envueltos en un ataúd infinito para la eternidad. No quería
dejarse vencer. No pudo. Ya no podía más y poco a poco se fue durmiendo en sus
sueños mal logrados. Su alma se
desprendió de su cuerpo como hoja que deja ser parte de un árbol. Lo rodeó. Lo
observó. Examino su cuerpo condesciende
con ese plácido océano y lo llevó a las profundidades . Otro mundo . Otro
vergel .”¡
Aquí esta mi vida ¡ “, transmitía Bul a su alma . “Una vida que se hastía tras unas
auroras inciertas donde no sabes donde esta tu ruta .
Al menos ahora soy libre. Fíjate espíritu mío, aquí no hay miserias ,
no existe esa autodestrucción del ser humano. El hambre, las enfermedades y la
sangre no me esperara en el crepúsculo “ Ese era su destino .
El alma dolida erupcionó de nuevo en la superficie de esa mar pacífica . Ahora
sería guía , sería ese rorcual que con
su quejido agónico daba aviso a los demás . Narraría la historia de Bul en un
cantil agudo y apagado . Hablaría a las estrellas de esa fosa común . Ellas
serían los cirios de aquellos difuntos
sin nombre .
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