Sí he salido. Qué más da. En el
bolsillo de mi pantalón llevo mis sueños. Correré detrás de la primera nube
cuya forma animada sea de una barca y montaré. Remaré y remaré hasta que el sol
de la primavera me indique que ahí es. Sí, ese paraje donde podré sembrarlos en
conjunto con el arco iris. Derrames de lágrimas de deseos será su alimento. Una paloma blanca saldrá de alguna forma para que no sea tarde el broté
sol. Peinaré cada pétalo con el aliento de la brisa. Y se encontrarán con el beso de las alas
plateadas cuando la belleza sea la batalla de los corazones. Sí, he salido. Al encuentro de la armonía de
los seres que el suceder de los años desparraman sus ojos a la herida. Dejo
atrás la violencia bajo el oscuro pasillo donde anidan cipreses negros. Dejo
atrás la sangre derramada de inocentes bajo una tierra donde no hostigue los
colmillos de sus hermanos. Qué más da. Sí, salir. Salir donde truenos y
relámpagos mencionen entre estelas la paz, el equilibrio. Me sostengo en las
sauces de un silencio. Un silencio que engarrota mi alma, mis manos impotentes
en los círculos de la ferocidad. Sí, somos feroces. Pero salgo, digo. He salido
cuando el animal broncíneo y la plateada luna me lo ha dicho. Sigo sus pasos.
Sigo su respiración.
1 comentario:
Dunia: me encanta que seas incorregible y que no te desanimes, tú siempre adelante,escribiendo, pintando, viviendo. Genial plan.
Luis León Barreto
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