miércoles, enero 07, 2015

Cuando...

Cuando el nocturno se libra de los astros observados viene el crepúsculo anunciando nuevas vivencias. Vivencias que se disipan a medida que somos arrastrados por el oleaje hacia un plano infinito de nuestros deseos. Se escucha el voraz zumbido del viento, un viento que viene y que va y nos hace columpiar en la sombra de una lluvia de soles que nos dará el necesario empujo para continuar. Estoy aquí. Estamos aquí…En un estado que se asemeja a la dualidad de nuestra esencia. Una esencia pacífica, conocedora de cada rincón del universo. Queremos alcanzar una nube, tocarla, vivir en su atmósfera viajera a través de estas ínsulas.  Nos quedamos estáticos cuando en un acantilado eclipsamos nuestros ojos de vertientes añorantes. Y giramos y giramos entorno al filo  de su abismo. Un abismo que se presenta bajo un telón de flores que nos harán despertar.  

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