Y llego el otoño. Los cambios
giran en torno a una brisa que escupe hojarasca. Y aquí estoy. Sí, no sé. Voy a
dar un paseo hasta el parque. Unos pasos que se enturbian cuando no te encuentro.
Te has ido, me digo. Hace tiempo que no te observo en la distancia. Más no
quiero que lo sepas, mis ojeras son oscuras en la danza de una lluvia que cae sobre
mi ropa. Mi salud no anda bien. Mis sentidos andan agotados de tanta y tanta
espera. Sé que no vendrás a mí. Aquí, sola. Las nubes se alejan y parece que la
lluvia se retrae en otro plano. Pero me gusta. Me gusta ser vigilante en la
lejanía. Así, aislada. No sé por qué, me digo. Soñar despierta que algún día
cuando el sol regrese y nos abrigue del frío tú vendrás. Y tal vez me mires. Y
tal vez te mire. Pero la noche llega y he de regresar bajo mi techo. Un canción me acompaña.
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