Te encuentro
entre las caracolas y las algas que llaman al horizonte en un tardío verano.
Vienes como la lluvia sin avisar mezclándote con la sonata de los vientos que
nos envuelve entre la espuma y las rocas. Me besas. Te beso. Y con el marchitar de las flores hacemos
coronas que se alzarán a la bienvenida del amor. Escalamos al roque más alto y
el silbar de nuestro aliento apresa una nube perdida que nos llevará al
infinito de los sueños. Me besas. Te beso. Y con la llegada de la noche giramos
donde los astros son guía de nuestro destino.
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