Horas que pasan,
El canto se vuelve fúnebre
Envuelto en las lástimas de la madre tierra.
Caminamos bajo la caída del sol
Al son de una canción que nos aleja
De la vida, de la alegría.
Pero retrocedamos,
Seamos ese punto eruptivo
Donde las alas se expanden
Tras nuestras espaldas.
Estamos cansados.
Sí, cansados con nubles cenizas
Sobre nuestro pecho.
Pero esas alas vienen
Y nos elevan por la senda de la verticalidad.
Horas que pasan,
Horas envueltas en un sucedáneo de arco iris
Que invade vertiginosamente nuestro corazón.
Corramos, saltemos
Dejemos la muerte para más tarde
Cuando los astros que llegan
Digan del dormir eterno.
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