Tu silueta
Marcada por los hilos de sombras
Que esconde el horizonte
De una tarde
En la llamada de la ebriedad de las miradas.
Te pierdes en una danza
Donde el infinito de los astros
Consumen de tu savia
Como nota de el hechizante astro rey.
Tú, sin pausa,
Que te conmueves con una sonrisa
Algunas veces eres ola
Que rompe sobre mis senos
Con el eco de las lenguas
Que se vertebran a ras
De nuestros labios.
Vienes y vas.
Vas y vienes.
Tú que jadeas en el instante
Que somos esa colina embargada
Por la caricia sutil
Te evaporas en mi piel
Como sudor de mis entrañas.
Ven, ven aquí.
Zas, y una ráfaga de mirlos vivos
Animan nuestro roce, nuestros movimientos
Sobre una esfera azul.
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