jueves, abril 10, 2014

Despertaba...

Despertaba mutada  por las corrientes de golondrinas que posaban en mi cuerpo. Lenta, mirando más allá de los astros que coronaban mis sueños. Despertaba en la intemperie de una rosa cuyas espinas iban tatuando mis ojos cerrados de mariposas del buen querer. La belleza llegó a mí con una sonrisa del madrugador arco iris. Lluvias venían, lluvias iban por el paisaje de mis ojos ya abiertos. Miraba. Sí, miraba todo mi derredor y todo era blanco azulado. Una luz de no sé dónde venía hacía mi. Me levante y era la claridad del día. Este día que viene y con sus sombras y luces nos hace andar por cuerdas flojas de cuyo equilibrio depende nuestro estado de ánimo. Pero yo sonreía. Sí, hoy sonreía. Una sonrisa verde, una sonrisa amarilla donde la esperanza tejía cada hilo del cual me iba colgando para seguir por este mundo desconocido. 

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