Sin rumbo. Entre rocas donde
asumes el canto de las ballenas como balada perfecta. Intentas volar. Lento. Al
ritmo de una barca que te lleva a la deriva. No quieres saber. El tiempo
inexistente te amplia la espera. No deseas soñar sino vagar por las veredas
donde la erupción de una nube te lleve lejos, muy lejos. Sin rumbo. No quieres
saber nada. Solo guiado por el poder de los astros que iluminan tu esencia, tu
ser. Ya no lloras. No penas. Solo te dejas llevar por las alas de la vida.
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