domingo, noviembre 17, 2013

Es...

Es precoz el anochecer. Baile de luciérnagas en el firmamento que dibujan las sendas de nuestros secretos. La lluvia se ha ido. El frío viene. Y desde aquí, desde esta ínsula anclada en las mareas del atlántico somos ecos de tambores que anuncian la vida.  No sé, la alegría y cierto ritual de calma impregna los sentidos de los seres. Detrás de un espejo se despojan toda inclemencia que nos derrota y seguimos andando aunque la noche con sus dientes helados venga. Nos refugiaremos frente a hogueras. Ellas no darán esa tibieza que tanto nos hace falta ¡Ay la noche¡ Un suspiro que lleva las señas de cierta nostalgia arrastra el alma hasta una ventana que abrimos y que nos lleva por esos sueños donde todo es paz, donde todo es un velero que embarcados se asienta sobre un océano noble y con cierto toque de melancolía. 

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