Caminas,
Andas sobre cristales rotos
Donde tus sueños
Parecen perecer.
Que triste te veo.
Observo un huracán de agujas
Fondeando cada parte de ti
Hasta llegar a la hoguera de tu corazón.
Intentas sobreponerte,
Renacer de la nada,
Imponerte a ese vacío
Que ambula en tus entrañas.
Pero caes y caes.
Te encuentras desengañada, traicionada
Y una innumerable lista de palabras
Que más vale no decir.
Tienes que agarrarte a un madero
Que contracorriente aspira a la vida,
A ese inspirar e espirar
Cuando la tarde cae
Y la monotonía de una bóveda gris
Te dice de tus días.
Te juras a ti misma
Mientras la deriva te tira, te raja
No más. No más…
Y cierta llama alcanza
El susurro de tus palabras
Y te hace fuerte un poquito más.
Lo suficiente para caminar
Sobre cristales rotos
Como mujer invisible al dolor.
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