Cierras los ojos.
Deja que corra esa agua
Que te da vida.
No miras.
Solo tú inspirar y espirar
Se transforma en aves
En busca de la reconditez de la paz.
Un paisaje verde.
Piedras que ceden a tu caminar
Y otra vez el desplegar de tus alas
En busca de la calma, de la armonía.
Lejos, la luz a tus ojos.
Ahora, en un eclipsar de tus ganas.
Te ausentas.
¡Sí¡
Ausentes divagas en el ayer, en el ahora
Y los chasquidos de lo falso te hacen errar.
Cierras los ojos
Dejas que el agua corra.
No miras.
Solo tú inspirar y espirar
Te lleva por la palabra incierta.
Caes y caes.
Vacío están tus ojos.
Vacía están tus manos.
Muerdes tus labios
Y bajo nubes cenizas aguardas
El mañana.
Lluvia.
¡Qué llueva¡
Y arrastre cada herida, cada muerte.
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