domingo, septiembre 22, 2013

Las olas...

Noche de luna llena. El grosor del día disminuye hasta que su haz luminoso incide por los caminos que recorremos. Una oscuridad no tan obscura que nos permite perdernos en nuestros pasos con el blanco flujo de su corpulencia. No hay estrellas que podamos mirar solo ella, ella con toda su magia, con todo su hechizo que nos hace elevarnos de esos cimientos que nos han construido a lo largo de los años. Ella está ahí. Sí, sentada en una silla en medio de una playa. Observa las olas. Esa mezcla de sal y algas que la llevan por sus cavilaciones a un horizonte muy lejano ¿Qué pensará? La nitidez de la noche le hacen suspirar, entregarse a esa playa vacía sentada.

            Las olas:  Voy y vengo. Vengo y voy . Y en este venir e ir soy entrega de esa espuma que tanto miras en sus dibujos con la arena. Voy y vengo. Vengo y voy. Y en este venir e ir soy refrescar de tus desnudos pies como presente del sabor de la vida.

            Ella: Vienes y vas. Vas y vienes. Y en cada encuentro de piel con tu espíritu soy esa mujer traída por la brisa para verte. Sí, deseaba contemplarte. Vienes y vas. Vas y vienes. Eres como el amor que se enciende y se apaga a medida que las jornadas nos arriman al hastío. Vienes y vas. Vas y vienes. Como esa luna bella que me induce a ser amante de ella. La adoro. La quiero. Y aunque solo me llegue una pizca de su aliento me da esa cierta energía para seguir, para seguir. Vas y vienes. Vienes y vas…

            Las olas: Voy y vengo. Vengo y voy. Y en este venir e ir humedezco tus sentidos.  Te hago soñar. Soñar despierta cuando separas tu realidad con el mañana. Qué será ¡Qué será¡ De tu mañana. Voy y vengo. Vengo y voy. Y veo la perfección del amor que sutilmente te alargará un beso en tu terso cuello. Voy y vengo. Vengo y veo. Y observo cada instante de tu vida. Una vida cuyas cicatrices sanarán. No más daño. No más ir a la deriva de tus emociones. Voy y vengo. Voy y vengo. Soy el talismán del resurgir de tu ser como persona no como gaviota que se posa en los escombros de los demás. Voy y vengo. Vengo y voy. Aquí estoy para anunciarte que tus penas serán borradas por cada huella que dejes en la arena, por cada lágrima que me bese.

            Ella: Vienes y vas. Vas y vienes. Llego a ti como mujer nueva. Mi alma se expande a través de tus palabras. Si son ciertas que la alegría me vuelva. Ven ¡Ven¡ Ven hacia mi sonrisa a la esperanza, a la vida. Vienes y vas. Y aquí estoy. Tú aroma me reactiva en el sentido de las alas del universo que ahora admiro cuando a solas estamos tú y yo. Yo y tú. Vienes y vas. Vas y vienes que broté caracolas, ballenas, estrellas marinas para que me lleven junto a ti.

      Las olas: Voy y vengo. Vengo y voy. Y en este venir e ir no deseo que te quedes conmigo. Corre, corre… Atrapa ese tiempo perdido en la aventura del vivir.



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