Despertamos, un día gris nos
saludo. A veces nos conmovemos cuando algún rayo solar incide sobre nuestros
ojos. Los cuerpos tatuados de dejadez se emancipan de esta ciudad para alargar
su mano en otras tierras lejanas, muy lejanas. El susurro de las olas rompe
contra su desnudez al desembarcar por esa ruta de los vientos. La soledad les
guía, una soledad que se vuelve grotesca a medida que dan el último adiós. Se
levantan velas, se levanta alas y nos erguimos
sobre puentes de cristal. Puentes en el que observamos el transcurrir de
los días monótonos en la precariedad.
Pero hay algo, algo en el aroma que nos envuelve que nos hace escalar
por rajadas rocas. Emana la sangre. Emana el dolor. Emana el llanto. Pero esa
fragancia de que aun somos seres de este planeta, seres verticales que se
acuestan con sus sueños y despiertan con el alimento del alba. Caminan, caen,
levantan. Y en el devenir de los días sus rostros ensombrecidos son paleta de
un arco iris que les da vida, que les da alegría. Ya hemos llegado, se dijo al
fin uno de ellos. Ya hemos llegado a esa estación que nos llevará por raíles
nuevos a nuestra casa, a nuestra tierra. Todo parece ser esplendoroso. Un
encanto especial anima a los pajarillos a su
rumor diario. Todo ha sido cuestión de tiempo. Un tiempo que a veces se
hace eterno como eterno son las mareas. Pero hemos llegado, lo hemos conseguido
el resurgir de la nada. Ahora miro bajo este puente y puedo comprobar que las
arboledas se extienden en progresión a nuestro propósito. Ah ¡ Una mariposa¡
Que bella es cuando en su juego de flor en flor anuncia que las penalidad han
dado a su fin. Solo había que esperar. Respirar hondo y como el grito de león
expulsar todo lo nocivo que ha nosotros convergía. Volemos ¡Sí¡ Como esa
mariposa cuando la primavera llega a su final, cuando el astro rey sale ha
acogernos con sus brazos calidos.
1 comentario:
Dunia es incansable, es fecunda y suele regalar pensamientos, microrrelatos, poemas, visiones de su mundo tan rico y esencil
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