¡Como te
levantas¡ Sí, cometas al viento mientras un lago azulado es espejo de tus
vuelos, de las rutas que has de seguir. Continuas con tu espera, una espera que
se prolonga a medida que las aguas apacibles es el reflejo de tus singladuras. Aun
no te he preguntado si deseas ser amante de las estrellas, de esa luna
vigilante que nos ampara en su regazo, de ese sol brioso que nos da cierta
calidez cuando el viento frío se evade. Sí, no me he inmiscuido en el frondoso
resonar de los cascos de una añeja yegua que sigue tus pasos cuando eres
corazón de pájaros al encuentro de la libertad, de tus sueños. Y así te
levantas con cierta melancolía que envuelve tu limpia mirada, tu noble
fortaleza cuando eres ese jugo irresistible de la vida. Yo desde aquí admiro la
caricia encantada con que tratas a cada cosa, a cada objeto por muy tatuado de
muerte que se halle. Sí, me emocionas. Intento hacértelo saber pero la
oscuridad que oscila entorno a mis venas me hace ausentarme, erguir mi mirada
hacia otros ojos de pálida palabras, de sentimientos rajados en el devenir de
las jornadas. ¡Te admiro¡ Sí, ese alzar de tus alas con el continuo balanceo de
esta tierra. Vertical, con cierto verdor en tus manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario