sábado, enero 19, 2013

Vacío(teatro)



                                



VACÍO























Introducción:
Es una mañana otoñal. Las constelaciones que acoge la tierra ya han desaparecido. Sara, una mujer de unos cuarenta años, se encuentra en su casa. Ha despertado respirando las primeras tonadas de las aves, absorbiendo el recuerdo. ¡El recuerdo¡ El recuerdo la acecha. Pronuncia el nombre de su amor del ayer. A medida que lo nombra siente un gran peso. Gravita por las orillas de la añoranza.
Personajes:
Sara: Amor y persona
Viento: Consejero
Brian: Amor y espíritu











Sara:
Amanece y con la tonada del nuevo día se abren las ventanas de mis singladuras.
¿A dónde iré hoy?
No lo se. Llevo meses y meses sin salir de estas paredes y es como si algo extraño me carcomiera.
Es cierto. Es tan cierto como que los hielos bajo el efecto invernadero se derriten.
La soledad me cubre con su densa capa de nostalgia. Viene a mí como compañera lejana que nunca se olvida que estoy aquí.
Escucho el viento, aletea su infeliz jornada. Sí, hoy llueve. Lluvia que arrastra la bocanada de la felicidad del viento. Creo que ahora mismo se escabullirá y renacerá cuando esa agua de la vida deje de existir. Mientras, lo siento. Siento su suavidad rozar en mi rostro. Me siento acariciar por su noble carácter.
 La casa está vacía. La ausencia del calor humano se nota en cada uno de sus rincones. Sus paredes retozan el jadeo de los desiertos. Yo no soy suficiente para ella. Mis cosas no sirven, no más que objetos inanimados sin el toque mágico del sol.
Una pintura arrimada de un pasado fructífero. Un poema sobre la mesilla de ese amor perdido entre sombras.
Ese amor perdido entre sombras... Yo le quería tanto. Tanto, que nunca pensé que se pudiera ir. Sí, irse. Irse a esas tierras de nadie o de todos. Cenizas que se tiran al monte, al océano como deseo del amado.  Yo misma. Yo misma esparcir todas sus cenizas por todos aquellos rincones que él deseaba. Nunca pensamos en vernos en esta situación.  Pero, es tal el hecho que tenemos que acoplarnos en ella en la vida ¡Oh , la vida¡ ¡ La vida¡ Tomo aire lentamente y a cámara lenta lo expulso. Aquí me contagio de él. De ese amor del ayer, del hoy, de siempre ¿Por qué nunca nos atrevemos a jugar con la muerte si ella es parte de la vida?
  Son las siete de la mañana. Ando todavía sin vestirme más no tengo ganas. Espero que el viento me seduzca. Que me anima.
¡Viento¡
¡Viento¡
¿Dónde andas? Un círculo glacial me atrapa y me consume. Él se ha ido, se ha eclipsado en mi vida cuando más lo necesitaba.

Viento:
¡Anda mujer¡ Levanta y da unos pasos por ti misma. Mira ese espejo que posees frente a ti. Te mirabas tanto en el cuando estaba él. Ahora, ¿por qué no?
Mírate. Mírate y dime lo que observas. Examínate, descubre la belleza que se guarda dentro de ti.

Sara:
¡Mirarme al espejo dices¡ Ello implica girar y girar sobre mi misma. Veo la muerte. Percibo un cierto aroma a mortandad. Veo mis lágrimas. Percibo un cierto aliento de nostalgia. Apago la luz, mi reflejo me espanta. No quiero ver este ser solitario, incomunicado con la realidad. ¡Mi realidad¡

Viento:
Adéntrate. Adéntrate mujer en ese espejo que posa ante ti. Tu realidad. Tú, ahora, dulce realidad. Todo en esta vida ha de acabar. Y, cuando termina, comenzar una vida nueva. Deja de mirar la muerte. Esa muerte que en estas jornadas corre tras de ti. ¡El se ha ido¡ Sus cenizas es agua que corretea por otros mares, por otras tierras.

Sara:
¡Cállate¡
Apago la luz y así no me veré reflejada.
Cierro ventanas. No quiero escuchar a la naturaleza. Deseo volver al pasado ¡Si¡ al pasado. Donde las gaviotas a primeras horas de la mañana nos acompañaban en nuestro paseo. Donde el sonido de las olas era balada de nuestro amor. Sus cenizas ¡Sus cenizas¡ Voy ahora mismo por el resto que me queda. Las venero como un Dios. Hombre que me dio amor, que me ofreció amistad ¡Sí amistad¡ Confiaba en mi, sabes viento.
¡Cállate¡
Apago la luz y así me inspiraré en él.
Cierro ventanas. No quiero que tu poder de convicción se entremezcle con mis pensamientos ¡Volver al pasado¡ ¡Si¡ ¡Al ayer¡ Donde emerja una llamarada intensa de su fragancia ¡Ay , su olor¡ Viene como cuando éramos ritual del sexo. Cuando mi cuerpo se mecía por su sudor.
(Las ventanas se cierran por si solas dando un chasquido atroz. Las paredes tiemblan y el viento calla)

Brian:
 Que pasa amada mía ¿Qué te ocurre? No mires a la muerte. Déjala tras un muro irrompible. No mires a la muerte mujer. Déjala en ese espejo que jamás me reflejare para la llamada del recuerdo.

Sara:
Amor mío, ¿eres tú? Acaso has venido. Me suena tu voz. ¿Me estaré volviendo loca acaso? Que más da. Sin ti no puedo vivir. Amor mío, ¿eres tú? Acaso has venido o es ese rufián del viento. No. No lo entiendo. Escúchame. Escucha mi corazón rajado gritar mi bienvenida.

Brian:
Si, soy yo amada mía. He venido como luz que te da sombra y que despacio se acopla a ti con el vaivén del arco iris. ¿Lo ves? ¡Lo ves¡
Sara:
Si, si lo veo. Observo un juego de colores pero a ti no te observo. Quiero tocarte, acariciarte, poseerte.¿Donde estas? Me arrimo a una orilla donde caracolas insuflan tu nombre y yo no puedo repetirlo al compás de ellas. ¡Tu nombre¡ ¡Tu nombre¡ Amado mío, quiero verte.
Brian:
No. No puedes verme. Ya definitivamente me he ido de aquí. Ese es mi destino. Ese es tu destino. Ese son nuestros destinos. De bien seguro que hallarás otro amor, otro crepúsculo donde el tintineo de la brisa te hará despertado junto a otro ser. ¡Vive la vida amada mía¡ La vida es como un sueño. Ahora, tal vez, las pesadillas te acechen en la cabecera de la cama pero, después con el paso del tiempo, yo no más que seré un recuerdo. Un recuerdo vago y difuso que te donará alegría. Un recuerdo vago y difuso que te enseñará a caminar. Un recuerdo vago y difuso de lágrimas que con el suspiro del alba se ira extinguiendo cuando empiezas a andar.
Sara:
No.¿Como recordarte como algo vago y difuso? Es imposible. Gravito por el sueño, por las llamas del deseo, necesito de ti. Un trueno se mece entre mis senos. Un maremoto da vueltas y vueltas sobre mí. Y, tú, no estas. ¡Tú no estas¡ Lagunas deformes se colapsan ante mí. Heridas que sangran emanan al no sentir tu calor. ¿A qué has venido entonces? Mira mis manos, agárralas, dale todo el esplendor de tu piel.

Brian:

He venido para verte a ti. Para saber como estabas y convencerte de que de mí tienes que ser olvido. Sí, olvidarme tras una puerta que se cierra y otra se abre para una nueva vida.¡Ay vida mía¡ ¡Ay amor mío¡ Tu sed de deseo y amor te esta borrando del surcar de la vida. Hambre siento, hambre de felicidad en ese lugar que he descansar. Esa felicidad eres tú. He venido para ver como amas de nuevo. Como rajas esas murallas que existe en tus ojos y en tu alma y alzas el vuelo en una nueva aventura de sonreír.
Sara:
Sí, la desesperanza me invade. Aquí, tengo tus cenizas.  Las esparciré por la casa para llenarme de ti. De ese cariño y ternura con la que me tratabas. Me tratabas…
(Sara cae de rodillas. En sus manos sustenta una especie de cofre donde guarda las cenizas de su marido. Lo abre)
Viento:
Abre ese cofre mujer. Y verás como el amor volverá a ti. Y verás como las rosas se abren en el anochecer de nuestro sentido de la vida. Y verás como el oleaje bramara de nuevo a tus pies.
(Sara se levanta con el cofre en las manos. Lo abre y en su habitación esparce las cenizas al son del sonido del viento. Las cenizas como diminutas partículas se unen y forman un cuerpo humano desnudo)

Sara:
Eres tú. Tu cuerpo. Tu mirada.
Brian:
Si, soy yo. Tu amor. Tú esperanza.

                           Fin





No hay comentarios: