jueves, enero 03, 2013

Suave, suave...


Suave, suave…
Danza que se mezcla con la brisa de tus labios,
De tus labios no besados
Cuando las estaciones son hojarasca
Que cae sobre mis hombros.
En medio del boscaje imaginario
El eterno mirlo canturrea su bostezo
A primeras horas de la mañana
Y tus labios mojados con la distancia
Es mármol que he de ser caricia.
Suave, suave…
Vienes a mí a través de un espejo,
Un espejo que refleja la oscuridad
De nuestros lazos aun el negror de una noche
Casi eterna, que olisquea nuestros cuerpos en la penumbra
De la luna, de los boscajes indefinidos por las mareas.
Suave, suave…
Ven, ven…
Cerremos la puerta como puente
Que deja el abismo atrás tras la espera,
Esta larga espera que nos prolonga con nuestras manos envejecidas
A tejer sueños en papel, sueños en las nubes
De un vasto otoño que se extingue,
Que pasa horas bajo un techo de astillas
Que caen y caen a medida que el tiempo pasa.
¡Escucha¡ ¡Escucha¡
Es el gemido del viento que arrastra
Nuestras almas hiladas a la pena, al quebranto
A la ruptura de las ganas.

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