Y no te das cuenta que en tu
ensueño eclipsas a yeguas galopantes que pasan ante ti. Te pierdes en la danza
contra paredes blancas donde el eco de la luna salvaje enmudece tu ser para no
ser más que cerrojos rojos de tu ahora. Deja ya el mañana, abandónalo digo. Se
esfuman esos puentes por donde debes andar, por donde debes aventurarte como
mujer del hoy. Tela de arañas tejen tus ojos, tus manos se agrietan y tus
piernas se engarrotan. Y no te das cuenta que en tu boca cerrada los clavos
arden garganta abajo y rajan tu vientre para insuflar pájaros sin alas. El
dolor te aprieta, lo presiento. Como presentimos que todo tiene un final. Y no
te das cuentas de esa burbuja que calla tu belleza, que esconde tu esencia en
la recóndita gruta donde las antorchas de tanta, tanta dejadez se han ido. Sí,
se van. Se van a un espacio cerrado donde tu sueño brille junto algún astro. Que
ilusa eres. Mírame. Basta ya. Anda. Asómate a esas calles donde palomas azules
buscan el despertar de tu alma. Venga ya. Inténtalo, no está muy lejos. Sólo
los pasos que quieras dar. Y no te das cuenta en esta noche que cae con un
firmamento estrellado que eres parte del aire, de la vida, de la vida….
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