viernes, agosto 17, 2012

El viento sopla....


El viento sopla en la certidumbre de las mareas que nos rodea. El alma se deja vencer por el agotamiento y una ráfaga de incendios invade nuestra esencia. La tarde se corona con el naranja de un astro que nos presta su calma. Ella se halla ante la ventana admirando, tragando del elixir de la serenidad.

Ella: Mi rostro se invade de la sutil fragancia de un viento que ansia penetrar por mi desnudez. Mi cuerpo desnudo. El calor que te silencia el ánimo de ser gaviota que levanta  vuelo para dirigirse a rutas desconocidas.

Viento: Ir y venir sobre tu piel, sobre tus senos como éxtasis de un ser en equilibrio. Pero he de decirte que temprano, mañana, cuando la fresca acaricie los olivos de los campos el rugido de la erupción vendrá con sus temores, con sus penas.

Ella: No te entiendo. Que me quieres decir.

Viento: Mañana temprano con la fresca la ciudad descansará en la penumbra cuando el hambre y la sed sea vientre abultado que nos mueva a la lástima. Hemos abandonado a nuestros amigos, a esos aliados de la madre tierra cual imagen desaparece de nuestros pensamientos. Huimos, estamos huyendo hacia el infernal grito de la inocencia, de la injusticia. Escúchalos, escúchalos como sus fosas comunes son retumbar en esta esfera.

Ella: Yo aquí respiro del sol, de tu aliento y me siento ante tus palabras caer. Que pequeña soy. Si yo pudiera…

Viento: Si todo nos uniéramos no existiría este exterminio. Un exterminio televisado, radiado, publicado mientras los gobiernos embarran sus economías con absurdos. Que me importa a mi Marte si en este planeta se está autodestruyendo, si solo hay muertes y más muertes injustas.

Ella: ¡La muerte¡ Dama de los desfavorecidos. 

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