Tu mano, tus manos
Construyendo ese horizonte
Donde los eclipses difuminan el hambre
Con la ternura de una oscuridad
Que enciende al universo.
Tu mano, tus manos
Pasean bajo la lumbre de pétalos
A la sombra de un árbol nuevo
Cuyo fruto son manantiales
Que se deshacen de la sequía
Que en otras tierras se mecen
Como jauría de colmillos
Que desgarran, que destrozan la vida.
Tu mano, tus manos
Tras piedras grises es cordura consciente
En el engendrar la esperanza,
Ese canto luchador de un mañana verde, azul
Donde los corazones jueguen a ser armas rotas,
Minas inexistente donde el correr
De los inocentes sea libre y no ese fardo cargado
De una cierta letanía incoherente de trincheras
En forma de ortigas, en forma de huracanadas tinieblas
Que los llevan a la muerte, a la muerte.
Tus manos, caravanas cuyo sonido
En las sendas que dejas atrás
Embellecen las yermas tierras
Con siemprevivas, con magarza,
Con el canto alegre y divertido de un canario blanco
Al encuentro de la armonía.
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