viernes, julio 08, 2011

Tomasina(relato)

“Y así el vergel de los sueños nos evocarán las huellas de la felicidad querida”, habla de esta manera Tomasina a su nieta. Y es que la ve un poco indecisa, sumisa en un lago de brumas donde cada paso se transforma en un viento feroz que la va corroyendo. “Y así los buenos momentos nos conquistaran cuando la desorientación arribe a nuestras costas querida niña”, continua Tomasina con sus palabras. Palabras que su nieta escucha atentamente pero con la mirada perdida. “Hay que seguir adelante que los momentos no son eternos además atrae la mala energía querida nieta”. La nieta ladea una lágrima en sus mejillas, quiere tanto a su abuela que piensa que la felicidad es toda ella. “ Niña, niña verás como cada estación que pasa serás más fuerte ello no quiere decir menos sensible. Los amores son pasajeros de nuestro corazón, vienen y van y alguno que otro que se queda. Por ello no debes preocuparte, deja aletear tus alas y verás, verás…. La nieta con el azul de su mirada la observa, entiende cada ánimo que su abuela le da y suspira. “Ay abuela pero yo lo quería y no se de un día todo toco fondo y se fue”. La abuela le pone su tersa mano en la barbilla quiere mirar sus lágrimas. “Entonces querida niña que todo pasará”. “¡Que todo pasará abuela”. “Sí, todo pasará como pasa la muerte de algún ser querido, vamos dame la mano te tienes que airear, tomar aire fresco”. La nieta cede su mano a la mano de la abuela. Salen de la casa. La oscuridad es presente pero el perfume de las rosas blancas que la brisa trae y la luna ilumina y serena el lugar.
“ Mira la luna nieta mía, creo que te sonríe”. “Abuela deja de decir bobadas”. “ Ven aquí conmigo vamos al rosal”. Tomasina escogió la rosa más grande para su nieta, suavemente le fue quitándole los pétalos. “ A ver nieta mía donde tienes el corazón”. “¿Para qué abuela?” “¿Para qué? Para qué? Déjame ver tu corazón y verás” La nieta se desabrocho un poco la blusa, dejando libre esa piel que resguarda los latidos. Tomasina suavemente paso uno por uno los pétalos por su piel. De manera especial los ojos de la nieta tomo otro tono, otro brillo. La calma y el olvido la abarcaron.

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