Me gustaría decirte que cuando la espuma del alba levanta
Y la mudez del océano la mira
El frío y la desnudez se funden en mi pecho.
Más allá de las rotas alas poso sobre ramas secas
Donde la última hoja es danza con el viento,
Que mis sábanas se enturbian de lágrimas heridas,
Que me refugio entonces cerca de una muralla
Donde soy ojos a la nada.
Me gustaría decirte que cuando te recuerdo
Escucho el insoportable grito de la dejadez
Cerca de los sombríos sótanos de la espesa niebla,
Que no dejo de amarte en el silencio de mis caricias
Quebradas al aire.
Me gustaría decirte de esos crepúsculos cuando
El sol es enjaulado por la caída de la tarde
Y me yerto sobre rocas volcánicas
A la vez que la marea desciende en la serenidad
Del ronroneo de las olas ¡qué apacibles son¡
Dan el primer eco los nocturnos que se avecinan
Y la pena negra de astros sin brillo
Me sumerge en el mar.
Me gustaría decirte que las llamas del corazón
Son ventanas que se abren, que se cierran
Con solo el soplo de tus palabras,
Con el afirmar de velas al viento
Que induce a correr sobre verdes prados
Donde la imaginación es lámpara
Que me hace tuya, que te hago mía
En el vaivén del susurro de las constelaciones.
Me gustaría decirte que el olvido no se apega
Cuando soy singladuras de calles
Donde mi sombra hace un hueco a la tuya
Así como alma presente de pajarillos
Que chillan más y más ante tanta polución,
Ante tanta soledad, ante tanta enturbiada flor
Que se agrietan a la vez que soy sentido de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario