Creías que te iba seguir amando,
Tijeras cortan nubes de ensueño
Cuando la espera es refugio de cuervos.
¿Para qué?, me digo
Si a cada alba se insuflan nuevas ideas, nuevos pensamientos
Que me ausentan más de ti, más de ti…
La carencia no perdona
Y cada vez soy más huída de la pena
Donde tú eres esa ave utópica, intangible a mis caricias.
La tarde se oscurece y con ella la alianza del olvido
Es hoguera que retumba sobre mis sienes, sobre mi corazón.
¡Ay mi corazón¡
Escupe toda destrucción de su entereza
Al ritmo que viejos pinos me dan cobijo.
Subo monte arriba expulsando cada dolor, cada lágrima
Batallas uniformes de la reconditez del alma.
Cumplo con el levantar de mis alas hacia otros lugares
Donde la mirada honesta y bonancible me hable de amor, de pasión
Que se lía y lía con la sed de cuerpos desnudos cuando la noche sopla.
¿Para qué?, me digo
Rememorarte son tumbas donde mi beso no vuela.
Suena descabellado decir que te amo
Cuando tu ausencia no más que son torres caídas
Arrojando espumas magmáticas.
Sí, tu ausencia.
La ausencia de tus labios, de tu mirada, de tus manos
Agolpándose en la mentira de la duda.
No, ya no te deseo
¡Apártate de mí¡
Nuestros pubis no comparten el ritmo de las palabras
Somos abrazo de distintas rutas
Donde un mirlo azul agudiza la despedida.
Danzaremos al son de una luna distinta,
Ajena a los astros que mecen nuestros sueños.
Danzaremos con la libertad del aire fresco
Que nos traerá nuevos consejos.
Danzaremos en tierras de elefantes blancos
Con la mar serena en la vieja contemplación
De los días, de las noches en sus horas disecadas
Por el romper de las olas.
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