Habitación oscura...(relato)

Habitación oscura. Aceras donde los rostros andantes no tienen rostros. Una lluvia que cesa para dar su mano al viento, al viento. Ella duerme entre tanto y tanto silencio. Las aves no claman a la aurora gris. Se halla desnuda liada en su propio cuerpo en esa posición fetal como esperando un nuevo nacimiento. Ella canta en su sueño, un sueño donde se percibe el misterio de esferas anaranjadas sin esos ladrillos que nos consumen en el cansancio. Esferas que dibujan nubes, océanos, aves, árboles alumbrados por candelabros que de su llama verde expulsa un baile sibilino donde la paz y esperanza es aliento que golpea su armario. Ella se halla encerrada en él, pero en el momento que este ritmo armónico va aumentando los candados quiebran y ella como luz de estrellas sale a ese espacio para danzar con ellos. De inmediato anochece, una oscuridad que le hace preguntar donde se encuentra. Desorientada mira atrás, el armario no se halla. Solo ella y su soledad pero una soledad absolutamente distinta a la de antes. Se siente con su alma renovada como hoguera que se expande a través de las mareas con la fuerza necesaria para sonreír a la vida. Se despierta con la lumbre de nuevas flores ante sus ojos, con la placentera amistad del amanecer que como cuerdas bellas se anudan a ella para continuar, para continuar. ..Se despereza y con el acallar de sus pasos deja que una ducha de agua fría recoja toda su energía y se concentre en su corazón. Se viste y con solo un café en su estómago sale a la calle. Hasta el agotamiento camina y camina por aceras misteriosas, calles por la que no transcurre nada. Respira eclipsando todo mal agolpado en ella hasta alzar sus alas sobre un jardín de rosas azules donde no más caerá.