Un tiempo que se detiene
En el rezumar de un callejón
Que no tiene salida
Creando un paisaje gris
Donde la esperanza se interioriza
En el cavilar de pueblos libres, de manos libres
Con la insomne llama de buganvillas
Que se pudren, que despiertan el imparable son
De un sol que yerta cuerpos en un desierto
Que se expansiona en el emerger de la paz.
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