domingo, junio 22, 2008

Monologos con la luna(2)





Desde entonces.....
Soy parda colina
Donde los sueños languidecen
Sin la sombra de la plateada
Como pasaje de la buenaventura
De lo que forja mis deseos.
Desde entonces,
Desde ese azotar
De mi alma,
La herida no me reniega
Y soy densa anestesia
A la balada de los pinzones.
¡Soy noctámbula ave¡
Al encuentro de mi esperanza
Aunque la brisa moribunda
Y los boscajes quebrados
Me adsorben a un vacío.
¿Por qué?
¡Somos contrastes
De los vientos de la vida ¡
En eclosión purpúrea
Cuando el hibernar del amor
Nos da su fogata de lavandas
Con su crepúsculo broncíneo
Sin ese acaecer refulgente
Por ese perfilar tangible
De las cuchillada que nos lanzan.
¡Piedra a piedra¡
Cae sobre nuestra huella,
¡Injusticias arrebatadoras¡
De nuestra sonrisa,
¡Pensamientos erróneos¡
Nos destierran.
Y sin embargo
¡Y sin embargo¡
Seguimos vagando
Sobre nuestros vastos pilares,
Sostenidos a una amapola
Que nos da el impulso brioso
De ser imagen de un Pegasus ensoñado,
Aunque nos arrebaten los sueños.
¡Los sueños¡
¿Cómo puede existir
Lapidaciones a ellos?
Quizás sean sus desastres
Que de forma descabellada
Los hace crecer
En el exterminio de otros.
¡Los sueños¡
Elixir serpenteante
Que nos anuda a esas alas
Del prodigioso canto de las aves
¡Ahora las escucho¡
¡Si¡
¡Están aquí¡
De rama en rama,
Bajo esta ventana
Donde ya la luz de la ilusión
No es paraíso
Que me espera
¿Por qué no nos espera?
Tal vez por que ha sido pisoteada
Como hojarasca que se disemina
A ras del último suspiro:
Balada de los muertos flotantes
Que se posan en nuestra alma.
Somos, ¡cuerpos desnudos¡
Deambulando de océano en océano
En busca de nuestra amante
¡¿Pero que pasa¿¡
A veces se eclipsan
Nuestras lunas inmensas
En hogueras esporádicas
Donde el bagaje de su estela
No coloniza nuestras manos
¡Manos inanimadas¡
¡Alas ateridas¡
¡La desolación del amor¡
¡No llega¡
¡No llega¡
Y asolada
Soy respirar por una pendiente
Donde las ortigas de la soledad
Me acosan
¡Desfallezco ¡
¡El nocturno
Ya toma mi cuerpo ¡
Un Sirio tripulante
Da la mágica pregunta :
¿Qué será de mi mañana?
Novo crepúsculo,
Boscaje de labios acariciándose,
Deletreando cada sentimiento
Que se posa en las llamaradas
Con la unísona cantinela
De la libertad.
¡La libertad¡
Cascadas salvajes,
Hipnotizadas por el sin fin
De nuestros adentros,
Arraigada
Por esa sutileza de un arco iris.
¡Rosa a rosa¡
Sin ser espina del lamento.

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